5:59 a.m.

Todos los días laborables me levanto a las 6.00 a.m. para ir a currar y hoy me ha pasado una cosa curiosa y no es la primera vez que me pasa. He abierto los ojos, he mirado el teléfono (que lo uso de despertador) y eran las 5:59 a.m., es decir, 1 minuto antes de que suene la alarma, realmente ni siquiera un minuto, han debido ser 10 segundos, porque antes de volver a poner la cabeza en la almohada, ya estaba sonando la alarma de las 6:00 a.m.

Hay un artículo muy interesante de Diego Golombek que habla sobre la cronobiología, en resumidas cuentas viene a decir (según entiendo yo) que tenemos dos mecanismos, un reloj interno y otro mecanismo que sirve para ajustar ese reloj y sincronizarlo con los ritmos de la vida, el sol, la noche, etc… Los mecanismos de sincronización se activan por los ojos que conectan directamente con el hipotálamo, un ejemplo de desincronización es el jet lag, tu reloj interno te dice que son las 3 de la tarde y que tienes que tener actividad y son las 5 de la mañana y tu tratas de dormir. El temita ha traído de cabeza a bastante gente, la primera vez que se demostró y publicó fue por Jean Jacques D‘ortous De Mairan, un Astrónomo que tenía una planta (mimosa pudica) en la ventana de su despacho y todos los días veía como las hojas se estiraban de dia y se encogían de noche, lo lógico era pensar que la luz causaba ese efecto, pero entonces metió la planta en una caja completamente a oscuras durante el DIA y la noche y vio que el proceso se repetía exactamente igual, luego la única conclusión es que la planta tenía un mecanismo para medir el tiempo independientemente de los estímulos exteriores. He encontrado una joya: Un calendario de Linneo donde se puede adivinar la hora según la planta que tiene las flores abiertas (ver foto 1). Bueno, resumiendo, lo que me ha pasado esta noche es que mi reloj interno (que se encuentra en el hipotálamo) le ha dicho a las 5:00 a.m. a mi cuerpo que empiece a liberar cortisol para estar listo justo a las 6:00 a.m..

Pero la mañana no ha sido tan bonita como cabía esperar, al despertarme a las 5:59 a.m. me ha pegado un subidón, que cuerpo y que cabeza tengo, que sincronización, que bestia parda, que bonito, que listo y que guapo que soy, me levanto de un salto, me meto en la ducha y en 3 minutos estoy fuera frente al espejo, me seco, me pongo los calzoncillos, me miro al espejo y me hago la pregunta del millón ¿Pit, te has enjabonado? ¿?. No me lo puedo creer, como puedes no recordar si te has enjabonado o no, si ha sido exactamente hace 1 minuto. Te hueles para tratar de adivinarlo y empiezas a asumir que eres imbecil, a pesar de que sincronices de maravilla contigo mismo, No hueles a nada, ¿es eso bueno o malo?, ¿significa que en dos horas vas a oler como Lassie?, Mierda!!, a la ducha otra vez, que mala leche, parece que el agua está más fría… salgo por segunda vez de la ducha, la toalla a la cintura y me lavo los dientes y , fíjate tu la asquerosidad, que me noto algo entre los dientes. Muy pulcro yo, utilizo el hilo dental, lo paso entre el tercer y cuarto intermolar, tenso y como el arco de Ulises, el hilo sale disparado del intermolar arrastrando todos los residuos fuera de tu boca….

La siguiente sorpresa es mirándote al espejo : ¿Joder, que de acné me han salido, estoy en plena pubertad?, hasta que descubres que el residuo blanquecino intermolar ha ido a parar al espejo (asqueroso, ya lo sé). Dios, tengo que limpiarlo como sea !!, si no lo hago mi mujer corroborará que soy un puerco y mis hijos llorarán diciendo: "Papa, Papa, un cerdito blanco se ha estrellado en el espejo, todavía se le pueden ver las manitas" y tu piensas, menos más que no cené rabo de toro. ¿Y como se limpia esto?
Opción a) papel higiénico .- Error, lo que hace es extender, multiplicando el problema
Opción b) los deditos .- acierto, mucho más asqueroso que la opción a, pero luego te limpias bien y aquí no ha pasado nada.
Son esos días que tu mujer entra en el baño cuando tu sales, te mira a los ojos, no te dice nada pero notas perfectamente que el amor con el que os casasteis sigue ardiendo en su corazón.

En el ascensor hacia el garaje empiezo a descojonarme escribiendo esta entrada de cabeza y me pongo de muy buen humor, sincronizo de maravilla conmigo mismo pero no recuerdo si me he enjabonado o no, hay algo ahí arriba que vamos a tener que revisar en un par de años pero soy más feliz que una perdiz. Arranco y sintonizo Intereconomía, pero estoy de muy buen humor, antes de llegar a la autopista quito la radio y pongo un CD a todo volumen (justo cuando empieza a distorsionar, porque lo que dicen ya me lo sé, lo que quiero es que esté alta) y empiezo a cantar con todas mis fuerzas la banda sonora de Mama Mia. Joder, vienen a mi cabeza expresiones como: exprimiéndole el jugo a la vida, cada segundo como si fuera el último, solo se vive una vez, y pienso: las 6:40 a.m., en el coche a 100 Km/hora por la autopista y escuchando Mama Mia: Lo que se dice Vivir al Límite y se me saltan las lágrimas de la risa.